Aquél día
vestido de miércoles ramplón
ella acude de buena mañana al centro de salud
por un molesto cuadro de alergia primaveral.
Cuando le llega el turno,
-a pesar de estar muy acostumbrada ya a ver a su médico de cabecera sin la preceptiva bata, dejando al descubierto tupidos tatuajes bajo apretadísimas camisetas-,
no sale de su asombro
cuando lo tiene ante sí vistiendo una ajustada camisa
de impoluto encaje blanco hasta las muñecas.
Y esa estampa fugaz la transporta con una punzada
-embotada como estaba por el inmisericorde cuadro primaveral-
veinte años atrás.
Sí, justo veinte años hacía de este día,
de aquella fecha
en la que
quien vestía de blanco y encaje era ella
por el día de su boda.
No vaya a ser que
cayera en el olvido.
miércoles, 12 de junio de 2019
martes, 4 de junio de 2019
No me cae bien
Un padre y su hijo -de apenas tres años-
mientras caminan de la mano
a buen paso
calle abajo:
-¿El helado?
-¡Sí me cae bien!
-¿El pescado?
-¡No me cae bien!
-¿La tortilla?
-¡Sí me cae bien!
-¿El caramelo de menta?
-¡No me cae bien!
jueves, 28 de febrero de 2019
Representación de turno
martes, 10 de julio de 2018
Departures (despedidas)
Sin tiempo ya para poder emprender desplazamiento alguno,
las terribles noticias
del inminente desenlace se iban adueñando del ambiente.
Sus tres corazones cabalgaban al galope
por el angustioso perímetro de un puño
y "en la sala de máquinas", sus mentes
buscan incansables cómo salvar la distancia
que las separa,
a una, de su querida mamá,
y a las otras dos, de su adorada abuela.
De repente, la matriarca prende una vela
y se hace la luz:
enseguida, todas supieron
-sin saber cómo-
que podían estar allí, presentes acompañando a la abuela desde la lejanía
en sus últimos momentos.
Y fue así cómo, a través del teléfono,
que un familiar apoyaba en su oído,
pudieron transmitirle
palabras de esperanza,
de valor, de cariño,
de despedida,..
Ninguna de las tres escuchó nada de vuelta,
tan solo sonoros y espaciados silencios
donde eran recogidas cuidadosamente cada una de aquellas palabras.
Entonces ella, que había estado haciendo gestos al reconocer
las voces que le hablaban,
se fue extinguiendo lentamente.
las terribles noticias
del inminente desenlace se iban adueñando del ambiente.
Sus tres corazones cabalgaban al galope
por el angustioso perímetro de un puño
y "en la sala de máquinas", sus mentes
buscan incansables cómo salvar la distancia
que las separa,
a una, de su querida mamá,
y a las otras dos, de su adorada abuela.
De repente, la matriarca prende una vela
y se hace la luz:
enseguida, todas supieron
-sin saber cómo-
que podían estar allí, presentes acompañando a la abuela desde la lejanía
en sus últimos momentos.
Y fue así cómo, a través del teléfono,
que un familiar apoyaba en su oído,
pudieron transmitirle
palabras de esperanza,
de valor, de cariño,
de despedida,..
Ninguna de las tres escuchó nada de vuelta,
tan solo sonoros y espaciados silencios
donde eran recogidas cuidadosamente cada una de aquellas palabras.
Entonces ella, que había estado haciendo gestos al reconocer
las voces que le hablaban,
se fue extinguiendo lentamente.
martes, 5 de junio de 2018
Azul
Una niña de apenas dos años,
de enrevesada melena rubia
con cascadas de rizos
en caida libre
por su frente,
observa entretenida
-desde el palco del carrito de bebé-
a la gente agolpada alrededor en el vagón de Metro.
Pronto centra su atención
en el aspecto de una joven a la que escudriña de arriba abajo.
A medida que sus claros ojillos
van recalando en el pelo, en la nariz o en el hombro de la joven,
en la blaquísima extensión de su pequeño rostro
tienen lugar rápidos y expresivos movimientos
que van de la perplejidad al dolor,
hasta quedar un tanto presos del miedo.
Y es que la chica en cuestión
¡tenía el pelo azul, varios piercings en la nariz y una extraña mascota (rata de ojos rojos para más señas) caminando por su hombro!
de enrevesada melena rubia
con cascadas de rizos
en caida libre
por su frente,
observa entretenida
-desde el palco del carrito de bebé-
a la gente agolpada alrededor en el vagón de Metro.
Pronto centra su atención
en el aspecto de una joven a la que escudriña de arriba abajo.
A medida que sus claros ojillos
van recalando en el pelo, en la nariz o en el hombro de la joven,
en la blaquísima extensión de su pequeño rostro
tienen lugar rápidos y expresivos movimientos
que van de la perplejidad al dolor,
hasta quedar un tanto presos del miedo.
Y es que la chica en cuestión
¡tenía el pelo azul, varios piercings en la nariz y una extraña mascota (rata de ojos rojos para más señas) caminando por su hombro!
viernes, 6 de abril de 2018
Atardecer soluble
jueves, 8 de febrero de 2018
Militancias
Mientras viven los abuelos
-por muy mayores que seamos los nietos-
seguimos militando
en una suerte de bendita infancia.
Pero con su desaparición,
aquellos preciados galones
nos son arrancados del pecho
(que no del corazón).
Y en su lugar nos quedan las llaves
que abren aquellos días hermosos en el paraíso.
Entretanto, la partida continúa implacable:
el tiempo va repartiendo cartas
a los jugadores que quedan alrededor del tablero;
En unas pocas manos
hasta puede que los nietos
lleguen a ser abuelos.
-por muy mayores que seamos los nietos-
seguimos militando
en una suerte de bendita infancia.
Pero con su desaparición,
aquellos preciados galones
nos son arrancados del pecho
(que no del corazón).
Y en su lugar nos quedan las llaves
que abren aquellos días hermosos en el paraíso.
Entretanto, la partida continúa implacable:
el tiempo va repartiendo cartas
a los jugadores que quedan alrededor del tablero;
En unas pocas manos
hasta puede que los nietos
lleguen a ser abuelos.
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