martes, 28 de abril de 2020

Preciados viajes: Sicilia


Realizo preciados viajes embarcada en la cuarentena*.
Y alcanzo sin dificultad puertos lejanos.

Me basta con destapar un frasco de hierbas sicilianas**, sumergir mis dedos y coger una pizca para transportarme de inmediato a la bella isla.
Cada una de las trece especias que componen este particularmente bien ensamblado condimento hablan -con sus aromáticos perfumes- de la identidad de un territorio: atrevimiento (peperoncillo calabrese), persistente (ajo de oso), discreción (echalota), desenfado (tomillo limonero), instinto (ajo), tradición (cebolla), elegancia (perejil),  calidez  (ajedrea),  brillantez (mejorana), frescor icónico (limón en polvo), intensidad (pimienta negra), exotismo (chile Alepo) y  mediterraneidad  (orégano)...

Y así, recorro palmo a palmo una isla que no he visitado en mi vida, con la simple ayuda de una compleja mezcla de hierbas contenidas en un tarro.










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Cuarentena*: Prefiero el término cuarentena a confinamiento, me animan las pinceladas de transitoriedad que se atisban en el aislamiento por cuarentena frente a la losa de reclusión que para mí cae implacable al pronunciar confinamiento. Según la Fundéu: "El Diccionario define cuarentena como ‘aislamiento preventivo a que se somete durante un período de tiempo, por razones sanitarias, a personas o animales’ donde no especifica si la persona ha de estar sana o enferma".
Hierbas sicilianas**: adquiridas en el espectacular puesto situado en el Mercado del Olivar (Palma de Mallorca), llamado "Liagiba. Los sabores del mundo." Gracias a Christian, propietario y artífice, por su gentileza. https://www.mercatolivar.com/es/puesto_venta/liagiba-los-sabores-del-mundo-especias/?covid_advice=hide     https://www.youtube.com/watch?v=jxmSCm8w538

sábado, 25 de abril de 2020

Aires

En este tiempo de cuarentena
mi clavel de aire ha vuelto a repigmentarse.
El intenso bermellón que luce ahora
en su delicado traje de hojas en punta 
habla precisamente del aire de la ciudad,
ahora más libre que nunca
de unos hostiles agentes
tan tóxicos 
que durante tanto tiempo hicieron vestir a mi clavel un terrorífico uniforme color verde caqui
que casi lo lleva a extinguirse para siempre.