miércoles, 23 de noviembre de 2016

Acentos y fisonomías

Ella, de fisonomía oriental incontestable,
encabezaba la desperdigada comitiva familiar
que se disponía a almorzar en un prestigioso restaurante chino.
Poco antes de cruzar la puerta de entrada al establecimiento,
un camarero le sale al encuentro pronunciando unas palabras (de bienvenida) en chino.
Sin embargo, ella corta en seco la perorata,
frunce el ceño en ademán de no entender nada,
gira la cabeza buscando con la mirada a su anciano y venerable progenitor
y, haciendo gala con desparpajo de un inesperado acento extremeño,
espeta en la perpleja cara del empleado:
"eso mejor digáselo a mi padre".


Safe Creative #1701310484489

¿Y tú para que sirves?

¿Y tú para que sirves?
Es la respuesta-pregunta
que me lanza con gesto sesudo
la súbdita china que regenta la tienda de todo a 1 euro
cuando le pido un artículo complejo.



Anecdotario

¿Cuánto tiempo ha de pasar
para que hechos dolorosos -de esos que marcan la vida-
puedan ser vistos -y aun contados-
como sencillas -que no simples-
anécdotas?


Safe Creative #1701310484496

miércoles, 19 de octubre de 2016

La del abrigo blanco

Ella siempre ha dicho que, durante años,
en el barrio al que se mudó cuando vino recién casada del pueblo,
las vecinas la conocían como "la (señora) del abrigo blanco".
Este era el color y la prenda que invariablemente solía vestir
cuando hacía buen tiempo y tenía que ir de un lado para otro.
Ella, provista de primorosas manos para hacerse las mejores ropas
que puedan caber en un fondo de armario, no podía invertir en ello
ni un ápice de tiempo;
Se pasaba el día bordando ajuares a vecinas, conocidas, 

amigas y primas, apuntalando así la modesta economía doméstica
formada por un discreto sueldo de empleado de banca para cinco miembros de familia.
Del mismo modo, cuando llegaba el mal tiempo,
era conocida como "la del abrigo negro",
prenda proveniente de sus suegros como parte del "regalo" de pedida.

Bajo esa alternancia de abrigos, ella vestía ropa económica
-pero francamente duradera-
adquirida en el glorioso y extinto COEBA*.
Eso sí: "en los ratos perdidos" ella confeccionaba los más bellos trajecitos y vestidos imaginables
no solo para sus hijos
sino también para sus muñecos.

---------------------------
*COEBA: Cooperativa de Empleados de Banca. Cooperativa madrileña que comercializaba en su red de tiendas todo tipo de mercancías de consumo. Creada en 1974, presentó suspensión de pagos en 1984.

 http://elpais.com/diario/1984/05/17/economia/453592803_850215.html



Safe Creative #1701310484526

viernes, 30 de septiembre de 2016

La escalera

La escalera
de aquel peculiar edificio de viviendas
de principios de siglo* 
estaba compuesta por un reguero de peldaños;
Todos ellos discurrían armoniosamente, sin un atisbo de inclinación abrupta.
Coronada por una esbelta barandilla de hierro labrado y madera,
la escalera ofrece desde sus comienzos
un servicio en exclusiva, pues en su hueco no existe competencia elevadora mecánica alguna.
En ella han ido resonando, a lo largo del tiempo,
los diferentes tipos pasos: 
Los hay ágiles, si es que parten de los pies más jóvenes,
o espaciados, cuando son emitidos por gente cargada,
o tal vez reposados -con derecho a rellano-,
cada vez que la gente mayor toma un respiro
antes de continuar el ascenso,
y, cómo no, están los gloriosos pasos saltarines,
que imprimen los niños,
para quienes la subida o el descenso
es tanto como decir, aventura o juego.

----------------------------------------------------

*Principios de siglo: El arquitecto del edificio fue Diego de Orbe y Fernández. Los planos de dicho proyecto están fechados en agosto de 1912 y la obra se terminó en julio de 1915. (Datos facilitados por el Archivo de la Villa de Madrid). 


Safe Creative #1703311358059

martes, 6 de septiembre de 2016

Paisaje político

Si el paisaje político fuera amarillo a punto de cosecha,
entonces debería apremiar el tiempo
para recoger lo sembrado.
Pero, de nuevo, parece que no gusta el trabajo
de ponerse manos a la obra.
Un campo entero espera.
¿Es su color amarillo? No.
Porque, aunque en realidad predomine ligeramente el azul baya,
el modo reventón de las amapolas contrasta fuertemente con el tono ciruela de las violetas,
mientras osadas florecillas color anaranjado destacan aquí y allá...
Pero sobre todo hay narciso, mucho narciso,
tanto narciso...


Safe Creative #1703311358301

jueves, 1 de septiembre de 2016

Pisando el arcoiris

Al pequeño J. -de siete años-
le cuesta horrores meter la cabeza bajo la ducha.
Bucear y nadar en la piscina
es una de sus mayores pasiones,
pero otra cosa bien distinta es,
ducharse después.

Si es de paso obligado cruzar  por la zona de duchas
para accedera al vaso de la piscina,
él intentará colarse por un atajo;
Y, en caso de ser interceptado,
pasará corriendo -como alma que lleva el diablo-
bajo la temida alcachofa.

Al salir del agua, tres cuartos de lo mismo.
Pero como esta vez tiene que permanecer bajo el chorro más tiempo
-por prescripción maternal-
para quitarse bien el cloro, se queda ahí completamente rígido y espeluznado,
dando unos alaridos terribles
como si sobre su cabeza tuviera clavada una nube de lluvia ácida...
Tal es el drama.

Un precioso día de verano, en la piscina municipal del pueblo
al salir del agua, la tropa familiar ya había abandonado la zona de duchas.
J. se quedó rezagado con su tía, que iba probando el agua de los diferentes grifos
para ver cuál estaba más caliente y hacerle así más agradable el mal trago al pequeño
cuando se topó con el arcoiris.
-¡¡¡J. corre, ven!!! -exclamó entusiasmada su tía-, ¡¡¡en esta ducha se ve el arcoiris!!! 
El niño se colocó junto al chorro pero no veía nada.
-Tienes que meterte, J, si no, no se ve. Para ver bien el arcoiris no hay más remedio que mojarse.
Pues bien, dicho y hecho. J. se metió ni corto ni perezoso bajo el chorro de la ducha
mirando extasiado a su alrededor el precioso arcoiris que nacía de sus pies y subía rodeándole en forma de precioso tirabuzón multicolor.

Y ahí permaneció J. un buen rato tras aquella sorprendente cortina
hasta que el viento comenzó a desperdigar con sus ráfagas
las franjas de colores y
a hacer que su cuerpo temblara de frío. 

Safe Creative #1703311357502