lunes, 6 de marzo de 2017

Mascotas (primera parte)

Aquella niña nunca vio morir
a ninguna de las mascotas que la acompañaron
durante su infancia.
El primero en aparecer en escena
cuando ella contaba cinco años,
fue un precioso y suave conejo blanco.
Pero, repentinamente, "Copito" desapareció
de un día para otro.
Según la versión oficial, apta para todos los públicos,
un vecino se lo había llevado a una finca
que tenía en el campo.
Y la niña, aunque triste por la terrible pérdida,
se consolaba imaginando que su blanco amiguito
viviría en el país de los conejos y que podría saltar
y correr a sus anchas en compañía de sus congéneres.
Según la versión real, digerible solo para padres,
el conejo estaba creciendo a ojos vista,
y empezaba a ser un gran problema en un piso pequeño.
Y sí, un solícito vecino se lo había llevado,
pero para hacerse con él un exquisito guiso.


Safe Creative #1703081073961

lunes, 6 de febrero de 2017

Declaración unilateral en pleno corazón de La Habana

Un potente altavoz
transporta los ritmos de la vieja trova cubana
a lo grande
por el peculiar escenario alargado
del vagón de Metro.
Pero pronto, con la llegada a una estación de transbordo clave,
la música va siendo contaminada
por el bullicio propio de los viajeros;
En concreto, una conversación destaca entre las demás
por su insólito discurso:
Un señor con un problema de cojera,
se dirije a la joven que, amablemente,
se ha levantado como un resorte para cederle el sitio.
Lo que comienza siendo un gentil agradecimiento,
se convierte en una inquietante declaración unilateral de amor
en toda regla hacia una joven tan abrumada
que no sabe donde meterse
al escuchar "eres un ángel" y "si no te veo, no vivo" y "si me muero, no te veo" y "si no te veo me muero" y "si me muero subo al cielo pero como Dios ha puesto a mi ángel en la tierra, ya no te veo" (y vuelta la burra al trigo del morir-no ver-morir).
Hasta el momento de apearse por fin en su estación, la joven ha estado haciendo caso omiso estoicamente, y sin moverse del sitio, de la ristra de extravagantes piropos.
Mientras, la música de la Habana continúa resonando aún un poco más,
disipando en el ambiente del vagón
la extraña sensación que ha quedado en los viajeros.


Safe Creative #1703060967663

viernes, 20 de enero de 2017

Atrezzo peculiar

Aquél glorioso comedor fue, durante años, 
el buque insignia
de las zonas comunes del hogar.
Era el eje en torno al cual cobraba sentido la vida en familia.
El motivo que lo hacía tan especial
eran sus emblemáticos muebles, a saber:
una acogedora mesa redonda -ampliable- de madera lacada en blanco,
cinco sillas a juego, con cómodos asientos de espuma forrados en tela roja,
y una interesantísia lámpara de techo de cristal anaranjado con cable elástico tipo teléfono
con un asidero en la base.
Ese peculiar atrezzo era utilizado
en una representación continua siete días a la semana:
escenas de comidas, de deberes y clases particulares, de ocio, de fiestas de cumpleaños...
Y los jóvenes actores, antes de entrar en acción, ejecutaban siempre el mismo ritual:
coger el mejor sitio, sentarse sobre una rodilla doblada
y darse el impulso necesario 
para tener acceso a la lámpara de sube y baja...
y luego, ya sin más, que diera comienzo la función.



Safe Creative #1701300478450

jueves, 1 de diciembre de 2016

Patas arriba

Las mujeres pertenecientes a aquella familia
cada vez que tenían que poner orden en un simple cajón
o balda (de sus respectivas casas),
se veían extrañamente empujadas
a vaciar el contenido del armario entero;
Es más, incluso podían llegar a empantanar la casa de arriba abajo.
Y todo ello movidas
por un extraño sentido del orden
ancestralmente adquirido
-que, curiosamente, todas ejecutaban por igual-,
y en virtud del cual,
colocar una parte
sin poner todo patas arriba antes,
era completamente inusual.

Safe Creative #1701300478474

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Acentos y fisonomías

Ella, de fisonomía oriental incontestable,
encabezaba la desperdigada comitiva familiar
que se disponía a almorzar en un prestigioso restaurante chino.
Poco antes de cruzar la puerta de entrada al establecimiento,
un camarero le sale al encuentro pronunciando unas palabras (de bienvenida) en chino.
Sin embargo, ella corta en seco la perorata,
frunce el ceño en ademán de no entender nada,
gira la cabeza buscando con la mirada a su anciano y venerable progenitor
y, haciendo gala con desparpajo de un inesperado acento extremeño,
espeta en la perpleja cara del empleado:
"eso mejor digáselo a mi padre".


Safe Creative #1701310484489

¿Y tú para que sirves?

¿Y tú para que sirves?
Es la respuesta-pregunta
que me lanza con gesto sesudo
la súbdita china que regenta la tienda de todo a 1 euro
cuando le pido un artículo complejo.



Anecdotario

¿Cuánto tiempo ha de pasar
para que hechos dolorosos -de esos que marcan la vida-
puedan ser vistos -y aun contados-
como sencillas -que no simples-
anécdotas?


Safe Creative #1701310484496