viernes, 30 de agosto de 2019

Acostumbro

De un tiempo a esta parte
acostumbro a tender la ropa 
provista de mi deslumbrante gorro de explorador
cuando la etiqueta de un sol
abrasador
así lo exige.

El aspecto del sombrero
es una mezcla, -como la del café de mezcla-.
pero a lo exótico:
50% vietnamita, 50% safari*.

En cierto modo se ha vuelto imprescindible.

No sé, en cuanto me lo pongo
es como si me hallase a partes iguales
faenando en un vasto campo de arroz
o en mitad de un trepidante safari.

Fue adquirido en un rastrillo benéfico,
así que desconozco su origen y utilidad
precisos.
A mi hermana, que me acompañaba ese día,
le espantaba 
el hecho de que yo hubiera decidido
ponerme el sombrero por la calle todo el tiempo como si nada,
pero acabó haciéndose a la idea
porque lo llevé puesto hasta llegar a casa:
casi siempre sobre la cabeza 
y, también insertado en el codo 
a modo de escudo,
para evitar
golpear a mi hermana en la frente
cada vez que se acercaba 
para decirme algo...



 


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* Safari: en suajili la palabra 'safari', que procede del árabe 'safar', significa 'viaje'.

jueves, 29 de agosto de 2019

Puntos neurálgicos

Desde las entrañas casi vacías de un bus
que me lleva Castellana* abajo,
veo desfilar ante mí
edificios que siempre están ahí,
pero que ahora, de pronto, 

recobran su particular sentido;
Como el hotel C., donde recibí de niña el primer

premio de mi vida
en un concurso de ilustración,
o el edificio G., donde trabajé 

para el director general
de una empresa alemana.

Y a la vez
veo transitar por la calzada coches tan diferentes
a los que circulaban hace años,
y, al mismo, tiempo tan iguales
(fruto del afán de las marcas por sacar modelos con tirón
muy parecidos).

Y, hasta veo de pasada

entre las ramas de un frondoso pino
en una isleta en medio del tráfico,

un disfraz de Spiderman primorosamente
tendido,

como un respetable uniforme de trabajo
que ha de ser usado al día siguiente.

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*Castellana: Paseo de la Castellana, una de las arterias neurálgicas que cruza Madrid desde la plaza  de Castilla hasta la plaza de Colón. Para consultar datos interesantísimos acerca de esta calle: https://www.traveler.es/viajes-urbanos/articulos/11-curiosidades-que-debes-de-saber-sobre-el-paseo-de-la-castellana-en-madrid/5136

miércoles, 14 de agosto de 2019

De manos caídas

Mi peluquero
se despide hasta la vuelta de vacaciones.
Y lo hace cortándome el pelo un
poco más si cabe
para que aguante el corte
el resto del verano.

F. es un peluquero enamorado
de su trabajo,
se nota a la milla que le apasiona y le relaja.

Ahora estará tres semanas fuera de combate.
En ese tiempo viajará, disfrutará, leerá... 
Pero quién sabe si, como él mismo dice,
aguantará todo ese tiempo "de manos caídas"
sin buscar como loco a alguien 
para hacerle aunque sea una trenza.


 

viernes, 2 de agosto de 2019

(Sin) casa con piscina

Una madre vigila a su hijo exultante
desde fuera del agua
mientras lo ve disfrutar chapoteando
abrazado a un enorme flotador neumático.

En el rostro de la madre
se ha instalado el orgullo inmenso
de poder ofrecer
a su hijo el contacto con el agua
bajo un sol abrasador.

Su hijo disfruta como cualquier otro
de un día de piscina
aunque solo sea 
él solo
dentro de una majestuosa fuente de piedra
en un conocido paseo madrileño
a pocos metros del asentamiento
de personas sin hogar que
reclaman una vivienda digna.



martes, 30 de julio de 2019

Pasarse de la raya

Un joven gorrión
transita 
por la fresca y delgada sombra 

de un largirucho plátano de paseo.
Dando tímidos saltitos
avanza hacia delante
evitando pasarse de la raya
que lo devolvería a un paisaje
abrasador.







 
 

Libertaaaaad!

Libertaaad!, libertaaad!
Libertaaad!, libertaaad!
gritaba una madre con ahínco,
llamando a su hija
sin descanso,  
mientras recorría la playa 
con ella de la mano:

Era en tiempos del franquismo.  


miércoles, 12 de junio de 2019

Tiara

Un matrimonio de invidentes de mediana edad
están a punto de chocar contra una papelera
instalada en una farola,
cuando su perro guía se detiene en seco.
Entonces me apresuro a decirles
que sepan que justo delante tienen una papelera
contra la que pueden chocar.
Pero a mi "simple vista" de vidente
se le escapan cosas:
Tiara, la inteligentísma perro guía,
sabe de antemano dónde se encuentra la papelera
y se ha detenido a hacer sus necesidades 
justo enfrente
para que sus dueños puedan 
depositar después 
los excrementos
en ella. 
De hecho a sus dueños*
les basta con decir: "Tiara, busca la papelera"
y entonces ella se pone a buscar
y siempre la encuentra.

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 *Me quedo a ver toda la escena y es impresionante observar cómo estas personas, que podrían estar dispensadas de antemano de tener que encontrar una papelera y de recoger los excrementos (con el plus de adivinación que este acto conlleva), lo afrontan como una tarea cotidiana más, no como un deber del que escaquearse a la mínima ocasión.