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viernes, 2 de agosto de 2019

(Sin) casa con piscina

Una madre vigila a su hijo exultante
desde fuera del agua
mientras lo ve disfrutar chapoteando
abrazado a un enorme flotador neumático.

En el rostro de la madre
se ha instalado el orgullo inmenso
de poder ofrecer
a su hijo el contacto con el agua
bajo un sol abrasador.

Su hijo disfruta como cualquier otro
de un día de piscina
aunque solo sea 
él solo
dentro de una majestuosa fuente de piedra
en un conocido paseo madrileño
a pocos metros del asentamiento
de personas sin hogar que
reclaman una vivienda digna.



jueves, 19 de marzo de 2015

Moneda sonante

Sentada junto a la puerta de un establecimiento del Paseo del Prado,
una joven invidente, con la mirada clavada en un punto fijo
-allá en lo alto-,
pide limosna.
Pero no al uso.
Lo hace con una amplia sonrisa
mientras cabeza y torso se mueven al son del ruido que emiten
un par de monedas
desde el fondo del recipiente metálico
que sostiene entre sus manos.
No es una "melodía" casual, sino buscada:
según haya una moneda, o dos o tres
cambiará el compás,
y la cadencia del ritmo.
Y ella quiere pensar
que las limosnas que recibe no son sino recompensas
de quienes saben apreciar su ofrenda musical,
no su ceguera.


sábado, 4 de enero de 2014

Pensamientos plantados

Un grupo de simples pensamientos
plantados ahí como si nada,
imponen cuando se los
mira de cerca.


martes, 30 de octubre de 2012

Luz imperfecta

De buena mañana, a la salida del museo del Prado
distingo una luz, imperfecta,
orgullosa
de haber traspasado con éxito las enormes nubes grises...
...Sus rayos amparan la búsqueda 
de unos gorriones en bandada;
Sobre el desnivelado mantel de hierba
toman
las perlas de rocío que encuentran.
-No creo,- dices, -tan sólo escarban entre las briznas en busca de apetecibles simientes.
-Pues vaya.


jueves, 7 de junio de 2012

Serie árboles: El gran magnolio

El gran magnolio
se extiende majestuoso
por un mar de tierra
y otro de aire.

Mantiene el verde brillante en sus velas,
desplegadas por todos los mástiles.

No sé cuándo echaron el ancla sus raíces,
pero la envergadura del palo mayor
y la eslora
hablan de épocas decimonónicas.

Según la estación del año su cargamento varía.
Ahora lleva robustas
y extrañas flores
                 -como de ciencia ficción-
que ondean
                  -de popa a proa-
como blancas banderitas
de aroma
de las que queda prendado el viento.