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sábado, 2 de agosto de 2025

Aromas ancla. Primera infancia. Pino piñonero parte segunda


En mi primera infancia en el colegio me recuerdo siempre sentada de medio lado* en la silla de clase.

El motivo de tener siempre un pie apoyado en el suelo no era otro que disponer de la ventaja suficiente para salir disparada en cuanto sonara el timbre del recreo hacía uno de los alargados pasillos del gigantesco edificio de la escuela que desembocaba en el patio.

El recinto del patio no era un espacio cualquiera, así que, plantarse allí lo antes posible suponía ocupar a solas el mejor sitio** hasta que llegaba el resto de niños.  

Durante esa media hora que duraba el recreo me sentía presa de una libertad de movimientos sin igual. 

Saltaba y corría por un paraje plagado de pinos, cuyo inconfundible aroma iba pasando, sin más, junto con el de la tierra removida, por mis pulmones. 

Esas notas perfumadas llegaron hasta las puertas del albergue de mi cerebro donde les buscó alojamiento el mismísimo e ilustre grabador de aromas y emociones.  



  

 

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*Mi madre constata que la obsesión que tenía por sentarme siempre de lado, no solo en la escuela, respondía a la necesidad inherente de estar lo más cerca posible del suelo para echar a correr en cualquier  momento. 

** El mejor sitio era sin duda el mapa de la Península Ibérica en relieve. (Detalle de la maqueta del relieve de la Península Ibérica situada justamente detrás del antiguo pabellón de vestuarios del antiguo Colegio Andrés Manjón).

(Foto: F. Lorca, 2010)

martes, 25 de febrero de 2025

Foto fija del momento de entrada al colegio (Serie: retransmitiendo desde la infancia)

 Foto fija del momento de entrada al colegio

 

Al edificio se accedía por dos imponentes puertas en forma de arco,  

sobre cada una de las cuales había dos enormes carteles 

 "NIÑAS"  (rezaba el de la izquierda) y "NIÑOS" (el de la derecha), 

por este motivo se formaban  dos filas diferenciadas para entrar.

 

Era el momento en el que yo** debía soltar automáticamente la mano de

mi primo  Andresito***

para que cada uno atravesara su puerta correspondiente, aunque  

en seguida nos volvíamos a reunir en el interior

para dirigirnos apresuradamente a la misma clase. 

En más de una ocasión fui reprendida por atravesar, tan campante, la

puerta destinada a mi primo. 



* Antiguo Colegio Andrés Manjón, hoy Giner de los Ríos, sede de la UNED, (la biblioteca sigue llamándose Andrés Manjón).

https://www.rtve.es/play/videos/uned/uned-luz-dura-sin-compasion-movimiento-fotografia-obrera-1926-39-ii-080711/1148507/ 

**   Mi "yo" a los cinco años de edad. 

*** Solíamos llegar juntos cuando confluían nuestros pasos en un cruce cercano al colegio.