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sábado, 2 de agosto de 2025

Aromas ancla. Primera infancia. Pino piñonero parte segunda


En mi primera infancia en el colegio me recuerdo siempre sentada de medio lado* en la silla de clase.

El motivo de tener siempre un pie apoyado en el suelo no era otro que disponer de la ventaja suficiente para salir disparada en cuanto sonara el timbre del recreo hacía uno de los alargados pasillos del gigantesco edificio de la escuela que desembocaba en el patio.

El recinto del patio no era un espacio cualquiera, así que, plantarse allí lo antes posible suponía ocupar a solas el mejor sitio** hasta que llegaba el resto de niños.  

Durante esa media hora que duraba el recreo me sentía presa de una libertad de movimientos sin igual. 

Saltaba y corría por un paraje plagado de pinos, cuyo inconfundible aroma iba pasando, sin más, junto con el de la tierra removida, por mis pulmones. 

Esas notas perfumadas llegaron hasta las puertas del albergue de mi cerebro donde les buscó alojamiento el mismísimo e ilustre grabador de aromas y emociones.  



  

 

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*Mi madre constata que la obsesión que tenía por sentarme siempre de lado, no solo en la escuela, respondía a la necesidad inherente de estar lo más cerca posible del suelo para echar a correr en cualquier  momento. 

** El mejor sitio era sin duda el mapa de la Península Ibérica en relieve. (Detalle de la maqueta del relieve de la Península Ibérica situada justamente detrás del antiguo pabellón de vestuarios del antiguo Colegio Andrés Manjón).

(Foto: F. Lorca, 2010)

jueves, 14 de septiembre de 2023

Brasero de brasas. Parte 2

Y ese aroma a brasero de brasas proyecta multitud de imágenes singulares sobre la gran pantalla que es la calidez del hogar:

Recuerdo a mis abuelas utilizar el brasero de brasas hasta prácticamente los años 90 del siglo pasado, cuando fue sustituido por el brasero eléctrico. Ellas manejaban con soltura aquél rudimentario recipiente de hierro gracias a sus dos asas y seguían unos pasos muy concretos para que las brasas estuvieran apunto.  La rejilla protectora y la paleta para atizar las ascuas eran dos utensilios indispensables. Y a los niños -lógicamente- no nos estaba permitido  manipular el brasero y menos remover su contenido.

La icónica mesa camilla era una peculiar estructura redonda de madera. La base perforada servía para que el brasero quedara encajado, y también hacía las veces de reposapiés. Las faldillas de tela que recubrían la mesa llegaban hasta el suelo y estaban sujetas en la parte superior por un cristal a medida*.  Para entrar en calor solo había que arrimarse a la mesa, levantar las faldillas e introducir, dependiendo del frío que hiciera, o bien los pies o bien las piernas enteras hasta la altura de los muslos.  Si las brasas (o el picón) se habían removido hacía poco, uno no podía permanecer allí sentado por mucho tiempo, porque las piernas se empezaban a abrasar de un modo tal que había que retirarse de inmediato.



 


 

 * El cristal protegía, al tiempo que dejaba a la vista, un esplendoroso tapete de ganchillo hecho a mano.

La foto insertada pertenece a Pedro, propietario del anuncio publicado en milanuncios.com (quiero hacer constar que el único propósito de la inclusión de esta foto es ilustrar la  presente entrada de blog. He intentado contactar con el interesado para solicitarle permiso pero no he obtenido respuesta por el momento. Cito procedencia: https://www.milanuncios.com/antiguedades-de-coleccion/antiguo-brasero-de-hierro-285798979.htm



 


martes, 5 de septiembre de 2023

Aromas ancla. Brasero de brasas. Parte 1

Retransmitiendo desde la infancia. Brasero de brasas


En el marco de un frío incontestable -en el mar de mi niñez, años 70- vive anclada esta ancestral y penetrante fragancia: el característico olor a brasero de brasas de la casa de mis abuelos.

Con la capacidad de impregnarlo todo y de dar la bienvenida desde las inmediaciones de la vivienda, ese aroma tan especial de entonces -en su momento no me parecía para tanto-, emite destellos más o menos codificados -como todo  recuerdo de la infancia-  que sigo descifrando en el presente...