Una flecha
negra de aves
apunta hacia la sierra blanca
allá en la lontananza.
miércoles, 26 de febrero de 2014
Tronco discontinuo
Una curiosa serpiente
-de tronco de árbol discontinuo-
sorteó el muro, reptante.
Fundida en eterno abrazo
con los barrotes
de hierro de la verja.
-de tronco de árbol discontinuo-
sorteó el muro, reptante.
Fundida en eterno abrazo
con los barrotes
de hierro de la verja.
El tiempo
El tiempo es el único maestro
que enseña a aprender a vivir
en esos mundos
en los que parece
que antes que nosotros
nadie
había puesto un pie en ellos
-por insufribles-.
que enseña a aprender a vivir
en esos mundos
en los que parece
que antes que nosotros
nadie
había puesto un pie en ellos
-por insufribles-.
sábado, 15 de febrero de 2014
Habitarnos
Aparte de vivir ahí afuera, en el mundo,
deberíamos habitar en nosotros mismos de vez en cuando:
Visitarnos ya no sería un acto de
valentía.
Habitarnos allí donde más duele es
siempre una crueldad de lugar
porque ya no queda nadie.
Solo hay un pequeño salón
con dos largos espejos enfrentados
que proyectan
-hacia detrás, hacia delante-
la misma visión intacta
de presente, futuro y pasado.
habitarnos - CC by-nc-nd -Mari Carmen Garcia Lopez
deberíamos habitar en nosotros mismos de vez en cuando:
Visitarnos ya no sería un acto de
valentía.
Habitarnos allí donde más duele es
siempre una crueldad de lugar
porque ya no queda nadie.
Solo hay un pequeño salón
con dos largos espejos enfrentados
que proyectan
-hacia detrás, hacia delante-
la misma visión intacta
de presente, futuro y pasado.
habitarnos - CC by-nc-nd -Mari Carmen Garcia Lopez
martes, 11 de febrero de 2014
Pequeños mundos
Muchos pequeños mundos
se desmoronan bajo nuestros pies
-y lo hacen a diario-.
El sistema de derrumbe es siempre el mismo:
Todo aquello a lo que permanecíamos
anclados, suelta amarras
en un proceso de desaferramiento tal, que
nos hace partir en una maltrecha
nave, rumbo a poner pie sobre lo desconocido.
Pronto, todo se vuelve normal:
la ausencia de medios, la incertidumbre,
incluso el hecho de ver solo agua por todas partes
hasta en el fondo mismo
de nuestro propio barco.
se desmoronan bajo nuestros pies
-y lo hacen a diario-.
El sistema de derrumbe es siempre el mismo:
Todo aquello a lo que permanecíamos
anclados, suelta amarras
en un proceso de desaferramiento tal, que
nos hace partir en una maltrecha
nave, rumbo a poner pie sobre lo desconocido.
Pronto, todo se vuelve normal:
la ausencia de medios, la incertidumbre,
incluso el hecho de ver solo agua por todas partes
hasta en el fondo mismo
de nuestro propio barco.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)