En el centro,
las calles de Madrid prácticamente huelen solo
a comida.
Una linea continua
de humeantes establecimientos cuyo reclamo
es ofrecer a todas horas
hamburguesas, tacos, tapas,
comida regional,
Kebabs y Woks,
bocadillos de calamares, entresijos...
Y entre medias, un característico aroma a dulces y churros,
pone a cubierto
las franjas de desayuno y merienda.
No se respira otra cosa.
Incluso hay un museo temático
-con decenas de jamones colgados-
venerado por menos propios que extraños,
quienes señalan esta visita de rigor
como el mejor sustitutivo
del mismísimo Prado.
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martes, 9 de febrero de 2016
jueves, 6 de noviembre de 2014
Sobre mesas
Las amplias y bastas mesas
de un restaurante de provincias -más que decente-
saben acoger a lo grande a sus comensales
y a los generosos platos
que van y vienen visitando sus faces...
Y luego están esos sitios de mesa pequeña
y trajecitos de autor
-breves pero sofisticadas creaciones, deconstrucciones, reducciones....-
de altos vuelos que aterrizan impecablemente emplatados
en ambientes "vintage" -cuanto menos-.
Aunque su especial encanto
termina dejando vacío el fondo del bolsillo
y hueco de sobra en las alacenas del estómago.
de un restaurante de provincias -más que decente-
saben acoger a lo grande a sus comensales
y a los generosos platos
que van y vienen visitando sus faces...
Y luego están esos sitios de mesa pequeña
y trajecitos de autor
-breves pero sofisticadas creaciones, deconstrucciones, reducciones....-
de altos vuelos que aterrizan impecablemente emplatados
en ambientes "vintage" -cuanto menos-.
Aunque su especial encanto
termina dejando vacío el fondo del bolsillo
y hueco de sobra en las alacenas del estómago.
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