que recorre calles y cuerpos de
arriba abajo...
Me trae a la mente aquella horrible situación
en la que ella se vio apeada del estrado
de un recital abierto de poesía*
por un
nada caballeroso
poeta sin etiqueta -de abultada carpeta-.
Este "poeta" esperó pacientemente a que ella estuviera frente al micrófono
para gritarle un grosero "me toca a mí",
cuando encima el turno no le correspondía.
Después trascendió que colarse en los recitales era su marchamo, un modus operandi
consentido por los organizadores
-como cosa graciosa e impredecible-
pero padecido
cada vez, por quienes, como ella, se bajan del estrado incapaces de reaccionar a tiempo.
En definitiva,
la educación y la caballerosidad
son dos grados
que aquel personaje mantenía
en su abultada carpeta de aburrir a las ovejas
escrupulosamente guardados
bajo cero.
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*Sesión abierta de lectura poética La voz del Ermitaño (Casa del lector Matadero, Madrid). Como premio a su queja ante la organizadora una vez finalizado el evento, fueron suprimidas del reportaje posterior cualquier fotografía de ella recitando su poema.