Me gusta del Haiku la fuerza visual inherente a la angostura de sus básicas normas: la desnudez que infatigable persigue su estricta métrica (5-7-5) a fin de situarnos en tal o cual estación del año (kigo) a través de imágenes inequívocas: un lago helado, la rama de cerezo en flor...
Pues bien os presento una particular ristra de Haikus, cocinada con ingredientes 100% naturales, solo lleva los conservantes y estabilizantes propios de la métrica. No necesita recalentar ni remover (las vueltas ya se las he dado yo, creedme). Lista para degustar. Lo único que no encontraréis es el kigo o determinación de la estación anual, ha sido intercambiado en todos los casos por estado vital:
1
Me levanto y me acuesto
con la rutina
puesta bajo mis sueños.
2
Vestigio solitario
de aquél pasado
soy, mas sigo adelante.
3
Ahora cubren mi rostro
las arrugas de
la dicha, no del llanto.
4 y 5
Hay días y días en
los que la muerte
de los seres queridos,
se amontona en el alma
y pesa entonces
cual losa, la existencia.
6
Con la luz de la tarde
despiertan, ¡sí!
anhelos de abrazarte.
7 y 8
Unimos nuestros rostros
por vez primera
y vieron la luz besos ,
que habían estado presos
y ahora eran libres
y a un tiempo encadenados.
10
Me trajiste de vuelta
AMOR a un nuevo
renacer, despertar.
Ad hoc recomiendo "Rincón de Haikus", Mario Benedetti. Visor. Madrid, 1999.
ResponderEliminarOs ofrezco una simple pero intensa cata:
"La golondrina
de vuelta a su pasado
no encuentra el nido"
"Lo peor del eco
es que dice las mismas
barbaridades"
"No es grave pero
el insomnio en la siesta
no tiene cura"
"En la razón
solo entran las dudas
que tengan llave"
"Las hojas secas
son como el testamento
de los castaños"