Cuando las sensaciones de felicidad
entran a vivir a esas diminutas celdas
llamadas momentos,
parece que lo hiceran para siempre
porque lo primero que hacen es descorrer
las tupidas cortinas y abrir sus ventanucos
para dejar que entre su luz...
Pero no es su menester permanecer allí mucho tiempo:
precisamente porque no caben en sí
han de mudarse
dejando que el estado
de ánimo habitual se autogobierne como pueda.
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miércoles, 12 de noviembre de 2014
martes, 11 de noviembre de 2014
Y de repente
Y de repente, al comprar horquillas
para mi pelo,
cogí instintivamente las más
grandes, como las que usaba cuando era más joven y tenía muchísmo pelo.
Pero la estupefacta dependienta
me las arrebató de la mano
y puso en su lugar
unas de la talla XS...
para mi pelo,
cogí instintivamente las más
grandes, como las que usaba cuando era más joven y tenía muchísmo pelo.
Pero la estupefacta dependienta
me las arrebató de la mano
y puso en su lugar
unas de la talla XS...
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