jueves, 8 de febrero de 2018

Militancias

Mientras viven los abuelos
-por muy mayores que seamos los nietos-
seguimos militando
en una suerte de bendita infancia.
Pero con su desaparición,
aquellos preciados galones
nos son arrancados del pecho
(que no del corazón).
Y en su lugar nos quedan las llaves
que abren aquellos días hermosos en el paraíso.
Entretanto, la partida continúa implacable:
el tiempo va repartiendo cartas
a los jugadores que quedan alrededor del tablero;
En unas pocas manos
hasta puede que los nietos
lleguen a ser abuelos.

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