martes, 24 de marzo de 2015

Sí, pero de manera responsable o nada

En un vagón de metro 
de la línea que lleva hasta Villaverde Alto,
un grupo de adolescentes, que viajan con una maestra,
gritan, se hacen bromas entre ellos...,
típico de la edad del pavo.
El grupo tiene como "mascota"
a un niño de pelo ensortijado, más bajito respecto a su edad,
pero muy avispado.
El chico pide permiso para sentarse en el regazo de una compañera
y, una vez concedido, comienza a captar la atención de
-de propios y extraños-
con un sinfín de ocurrencias y chistes.
-A ver, ¿qué le dice un jardinero a otro en el trabajo?... Pues, trabajemos mientras "podamos"
(y el niño guiña un ojo mientras mueve las manos con arte como si manejara unas tijeras de podar). Consciente de su éxito
el niño a la señora que tiene sentada justo enfrente y que no paraba de reír
con una insospechada pregunta:
-¿Verdad que soy encantador, señora? ¿A que usted me adoptaría?
-Sí claro, lo haría sin pensarlo - contesta la abrumada pasajera.
-No, sin pensarlo, no. Esto es una cosa muy seria y no se puede tomar a la ligera.
Tendría que hacerlo usted de manera responsable o nada.
La señora, estupefacta por la dosis de descaro,
se pone colorada y, con el nerviosismo propio de quien tiene la pelota en su tejado, contesta:
-Está bien, si pudiera, lo haría, claro que lo haría.


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