viernes, 27 de febrero de 2015
Despensar un rato
A veces -para despensar un rato-
me gusta detenerme a repasar mis orígenes.
Los de muy atrás.
Época aquella como esos libros
en los que cada problema tenía solución -al final-.
Y su materia -respirable-
era a virutas de goma de "nata"
y a lápices amontonados.
Y el inconfundible sabor a tiempo libre
lo llevaba la espesa espuma de Cola Cao
coronando la leche fría en las meriendas...
Y las lecturas de libros de aventuras
-de los 5 y de los Hollister-
y los ataques de risa en familia
y las gloriosas noches de pipas frente a emblemáticos programas
en blanco y negro.
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