miércoles, 28 de agosto de 2013

En el centro centro

Vivo en el mismo centro
de la panza de una gran ciudad.

Cada mañana entran por las ventanas los tranquilos cascos
de los caballos
evocando épocas pasadas
-aunque se trate solo de la policía montada-;
Y resuenan -como antaño-
también las campanas sacramentales
de una antigua iglesia cercana.

Y cuando cae el sol,
se suceden las músicas esparcidas por acordeones, violines, pianos portátiles, copas llenas de agua...
Y personas que se acercan a comer de los "opulentos"cubos de basura
de los bares...
Y de vez en cuando
sube a visitarme el nauseabundo olor excremental
-como el que reinaba en la Edad Media
cada vez que alguien decía ¡agua va!-



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