Esta luz dominical vespertina de calles llenas
me recuerda al auge aquél
que experimentaba también aquella carretera principal
encargada de atravesar el pueblo de punta a punta;
Durante toda la tarde de domingo dejaba atrás
la impuesta aptitud para el tráfico
y se convertía en simple acera, haciendo gala de
su traje color asfalto con raya diplomática.
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