Un puñado de ampolas en el tejado
ponen color a una ruinosa fachada.
¿Pero cómo habrán llegado hasta allí arriba?
Sencillamente desoyendo los dictados del ladrillo carcomido
y las imposiciones de la estructura desarbolada.
El jardín en el ático.
Y en el bajo
una familia entera de gatos que salen a ratos
a contemplar la luna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario