martes, 27 de noviembre de 2012

El sentido común solo viaja con billete de ida

El sentido común,
-el más asentado de los sentidos-
cuando viaja,
lo hace solo con billete de ida.

Porque, cuando aparecen los irreflexivos y fatales impulsos,
él levanta el campamento
y se marcha a kilómetros de distancia de casa,
                                      -tal es su naturaleza-.

Y entonces raramente podemos esperar
su retorno...
...quizá decida "volver en sí" solo cuando hayamos padecido
-por su asusencia-
lo que no está escrito.



domingo, 25 de noviembre de 2012

Amor al peso

Me gusta eso de poner solo mi parte
de amor correspondiente
en el asador.
Me gusta no tener que cubrir también los huecos del otro
en la parrilla
para que no se eche nada en falta.

Me gusta ver el amor brillar,
sin necesidad de envoltorios
que me hagan pensar que por eso vale más...

No practico el amor al peso:
confunde,
entre otras cosas, "amor por el regalo"
con "el regalo por amor"...


viernes, 23 de noviembre de 2012

Abrigo de época

De pronto, al entrar en la aireada estancia,
un familiar y penetrante aroma a humedad, asociado a una fuerte luz natural,
me transporta envuelta en un abrigo de época,
al tiempo en que era niña...

Ese "perfume"
permanecía envasado en el peculiar frasco
de los días de colonias de verano
que pasaba con mi hermana en el Norte,
allá en el "mítico" Cóbreces...

Huele a las frías estancias de la Abadía donde nos hospedábamos,
llenas de la especial claridad
que lograba atravesar el claustro.
Y huele al comedor, de gigantescos ventanales abiertos
de par en par
frente al establo,
desde donde veíamos, olíamos y escuchábamos sin cesar a las vacas
ya con el primer bocado de la mañana...


miércoles, 21 de noviembre de 2012

Autofranqueza

No creo que sepamos manejar la dosis apropiada de autofranqueza
cuando se trata de lo que realmente importa:
decidir nuestro bienestar emocional.

Con la medida justa
vamos dando el visto bueno a relaciones,
a circunstancias y a trabajos;
en dos palabras: nos instalamos.

Resulta tan cómodo no tener que desacostumbrarse a nada
que disipamos cualquier duda con frases precocinadas:
porque no es tan malo,
porque todavía podría ser peor...

Y luego solo queda repetir
-hasta el convencimiento más absoluto-
que recorremos los atajos adecuados
para ser felices...

Yo, que vengo de transitar caminos largos, tortuosos,
                  -aunque ahora discurran mis pasos
                   por amables veredas-,
no quiero olvidar a donde conduce
la falta de honradez con un@ mism@:
a un destino INFELIZMENTE DICHOSO
o, en el mejor de los casos, DICHOSAMENTE INFELIZ


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Hojarasca

Ahora nos sorprende
la espesa e incómoda hojarasca
caída lentamente de unos árboles,
que, -no hace tanto-, plantábamos juntos
con orgullo.

Recuerdo el empeño en que fuesen árboles de hoja caduca,
aunque pronto dejó de ser divertido ver las hojas secas
caer y amontonarse,
jugando solo a dar vueltas a un anodino corro de la patata...
...Y luego esa multitud de crujidos
aun con el más leve paso.

Pero esa materia -ahora muerta-
llevaba tiempo así en el árbol.
Solo que, entre tanto, había dado un pequeño y -precioso- fruto.

Hasta que no vino un viento
brusco, -desairado-,
que precipitó la caída del fruto y las hojas antes de tiempo,
no quisimos ver que ese ciclo, -el nuestro-,
había acabado.


 

lunes, 12 de noviembre de 2012

Fría estampa matinal

Fría estampa de neblina
matinal...
Alzo la vista
y una esbelta e impertérrita
figura
llama mi atención
desde el tejado de un bloque cercano...

Se trata de un gato
             -enorme-,
[Luego cuento dos, tres, y hasta cuatro.]
Todos al abrigo del calor
que emana
de cada una de sus chimeneas en propiedad...


domingo, 11 de noviembre de 2012

No puedo permitirme el lujo de comprar más miedo

No puedo;
sencillamente no puedo
permitirme el lujo de comprar más miedo.


Se está volviendo más caro cada vez...
Empezó costando lo que
cuesta un chasco o una pesadilla, es decir:
                 -quebraderos de cabeza, algo de insomnio, -casi nada-.

Pero ahora el miedo ha subido.

Se paga a precio de sueños, de ilusiones, de energía vital;
la propia existencia es la moneda de cambio.

No pienso seguir adquiriendo miedo a semejante coste.

Y ojalá nadie más lo compre.
Entonces, ante tanto excedente,
los que venden miedo tendrán que ponerse a regalarlo.
Y luego vendrá lo mejor;
Porque todo el mundo sabe
que el miedo regalado
ni convence ni asusta
ya a nadie.