Cambio de estación.
En el gran ruedo, bajo un exigente público
de nubes
-cargadas de agua-,
el frío recibe -al fin- su alternativa
de manos de un cálido predecesor.
Yo, por mi parte,
también sigo sujeta a esos típicos cambios,
de los que verdaderamente atañen:
-hogar, trabajo, vida, personas...-.
Pero nunca me atraviesa el frío del todo,
sólo en febrero
y nada más que hasta los huesos;
Mi corazón permanece felizmente estacionado
en el apacible clima del amor ...
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