Muchos de los peores recuerdos
que tengo
se han ido soltando de mis manos
-de donde solían ir agarrados-.
Simplemente dejé de apretarlos
con fuerza
y emigraron
-a mi mente-,
donde siguen existiendo
-siempre lo harán-.
Pero he descubierto algo.
Que no pertenecen más a este "yo" solo
porque sea mía la mano
que los llevaba,
mía la cabeza
que los recuerda...
en palabras de Juan Gelman:-
-"¿Hay que romper la memoria para que se vacíe?"
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