viernes, 8 de junio de 2012

Eran las cinco de la tarde. Dos faenas simultáneas

Eran las cinco de la tarde de cualquier día laborable.
Semana grande de San Isidro.
Coso taurino de las Ventas.

Un maestro entra en la plaza;
Da comienzo a su faena.
En el exterior, del otro lado, una maestra bordea
la Monumental panza de ladrillo visto.

Ni un poco de brisa
bajo el mismo sol de justicia;
Eso sí que es verdaderamente matador.

En ambos espacios
todas las sombras están
cual novias arrepentidas:
a la fuga.

Como de costumbre él entra en el ruedo
con un manojo de miedos cogido bajo el brazo.

Ella viene de haber lidiado
-un día más-
con los alumnos.
Camina apretando el paso
dando vueltas
a la faena que aun le queda:
suerte de deberes, suerte de cenas, suerte de baños, suerte de camas... 
(Resultados de las corridas: silencio tras un aviso y pitos.)






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