Si se me requiere,
-como tarea laboral-
traduciré a mi idioma natal,
esto es,
al español desde el alemán.
Mas, mi empeño diario por traducir
la realidad
no cumple ningún encargo;
tan solo dos mandatarios me urgen
a la tarea:
sentir y observar.
Luego, con ayuda de simples parámetros,
traslado aconteceres
a mi lengua vital
haciéndoles sitio
en mi poesía peculiar.
-una constante existencial-
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