Abrázate fuerte,
¡sí!,
en medio de la noche oscura
a la espalda de mi insomne cuerpo
tan frío
después de la película esa
tan impactante sobre
despedidas y muerte.
De modo que así,
-recobrando el calor-,
pueda sentir yo
todo tu amor.
Que sea este solo,
silencioso,
potente
e irrepetible contacto
el que me arranque al fin de los brazos de la cruel vigilia
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